En un tenso y conmovedor enfrentamiento, una madre de un niño con autismo arremetió contra el presidente Javier Milei durante una manifestación en defensa de los derechos de los niños con discapacidad. “¡Miserable!” fue el grito que resonó al escuchar las palabras del mandatario, quien había prometido no afectar a los más vulnerables, pero cuya gestión ha dejado a muchos en la cuerda floja.
La madre, que se identificó como la mamá de León, un niño de siete años que asiste a una escuela especial en Avellaneda, expuso la cruda realidad que enfrentan las familias con hijos discapacitados. “Las escuelas especiales no reciben el dinero que necesitan”, denunció, evidenciando la crisis que atraviesan estas instituciones, que dependen de fondos estatales cada vez más escasos. “Los recortes han afectado las terapias y la educación de nuestros hijos”, añadió, visiblemente angustiada.
La manifestación, que inicialmente buscaba ser pacífica, se tornó caótica con la llegada de la gendarmería y la policía federal, quienes rodearon a los manifestantes, compuestos por familias y niños en sillas de ruedas. “No somos delincuentes, somos argentinos de bien”, clamó la madre, quien se mostró indignada por la represión que enfrentaron.
El descontento se intensificó cuando se reveló que la ley de emergencia en discapacidad, aprobada por el Congreso, fue vetada por Milei, quien se rió mientras se refería a la situación de los niños autistas. “Es inaceptable que se juegue con la vida de nuestros hijos”, afirmó la madre, quien lucha diariamente por el bienestar de León.
Este incidente ha encendido un debate crucial sobre la atención a las personas con discapacidad en Argentina, poniendo en jaque las promesas de un gobierno que parece ignorar a los más necesitados. La urgencia de una solución es inminente, y las voces de las familias se alzan con más fuerza que nunca.