**¡CONGRESO CALIENTE! GASES, GOLPES Y AMENAZAS DE LA POLICÍA DE BULLRICH**
En un giro explosivo de los acontecimientos, la situación en las inmediaciones del Congreso se ha tornado caótica y peligrosa. Esta tarde, los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas policiales han escalado, desatando una lluvia de gases lacrimógenos y proyectiles. Testigos reportan disparos y un clima de tensión palpable mientras los agentes intentan dispersar a la multitud.
La escena es desgarradora: personas caídas en el suelo, fotógrafos en medio del caos, y un carro hidrante que avanza implacable. “Cuidado, está tirando”, gritan los presentes, mientras el aire se torna irrespirable por los gases. La brutalidad de la represión ha dejado a muchos atónitos, con la policía utilizando tácticas agresivas para controlar a los manifestantes, quienes solo intentaban expresar su descontento.
“Lo llevaron de nuevo a la plaza en el suelo”, se escucha entre los gritos de auxilio. La situación se intensifica cuando la policía forma un cordón, bloqueando el acceso a la zona del Congreso. Los reporteros, atrapados en medio de la confrontación, claman por ayuda, advirtiendo sobre la violencia desatada y la falta de seguridad.
El operativo policial ha sido calificado como desmedido, con el uso de armas y gases que han impactado directamente a quienes intentaban socorrer a los heridos. “Es increíble”, exclama un testigo, mientras el caos se apodera de la escena. La presión está en aumento, y la pregunta que todos se hacen es: ¿hasta dónde llegará la represión?
La situación sigue evolucionando, y las autoridades deben actuar con urgencia para restaurar el orden. La comunidad observa con preocupación, temiendo que la violencia se desborde aún más en las próximas horas. La jornada en el Congreso no solo es un reflejo de la disidencia, sino también un llamado urgente a la reflexión sobre el uso de la fuerza por parte del Estado.