Máximo rompió el silencio y lanzó una bomba sobre la proscripción de Cristina Fernández de Kirchner, generando una ola de reacciones en el ámbito político argentino. En un momento crítico para el país, donde la economía se desploma y la incertidumbre crece, sus declaraciones reverberan con fuerza. “Imagínate lo que sería hoy Cristina candidata en esta situación”, dijo, refiriéndose a su potencial impacto en la campaña electoral si no estuviera enfrentando problemas legales.

La figura de Cristina sigue siendo un activo movilizante, capaz de conectar con las masas en momentos de crisis. “Su relación con la sociedad es auténtica”, afirmó Máximo, señalando que su presencia podría cambiar el rumbo de una campaña electoral marcada por la apatía. La preocupación por la falta de participación ciudadana se hace evidente, y Máximo instó a la población a ejercer su derecho al voto, subrayando que la indiferencia no traerá cambios.

Las palabras de Máximo no solo apuntan a la figura de Cristina, sino también a la influencia de poderes económicos y judiciales que parecen querer silenciarla. Recordó las recientes declaraciones del embajador estadounidense propuesto en Argentina, sugiriendo que la situación de Cristina no es solo un problema interno, sino que también está influenciada por fuerzas externas.

La urgencia de la situación no puede ser ignorada. La sociedad argentina se enfrenta a un momento decisivo, y la figura de Cristina podría ser el catalizador que despierte a un electorado adormecido. La pregunta que queda en el aire es: ¿qué pasará si Cristina logra salir de la sombra de la proscripción y se presenta como candidata? La tensión política está en su punto más alto, y el futuro del país podría depender de ello.