Un hombre en San Luis ha sido condenado a dos años y tres meses de prisión efectiva por la viralización de un video íntimo de su expareja, en un caso que ha conmocionado a la comunidad y sentará un precedente en la lucha contra la extorsión sexual. Gabriela Fernández Averastain, la víctima de este escándalo de “porno venganza”, ha compartido su desgarradora experiencia, revelando cómo fue objeto de una campaña de hostigamiento tras la ruptura de su relación.

El juicio, que duró varios años, culminó con la condena del agresor, quien extorsionó a Gabriela amenazando con difundir el video si no regresaba con él. Este caso ha puesto de relieve la problemática del “sex extorsión”, un fenómeno que, aunque ha aumentado en la era digital, a menudo queda silenciado por el estigma que enfrentan las víctimas.

Gabriela relató cómo el impacto de la viralización afectó no solo su vida personal, sino también su carrera profesional, impidiéndole trabajar como docente debido a la burla y el juicio social. “Sufrí violencia de todo tipo y logré escapar de su círculo, pero el horror que viví fue devastador”, expresó con voz temblorosa.

El tribunal escuchó su testimonio y decidió actuar, condenando al agresor a prisión, mientras que la otra implicada en el caso, quien también participó en la extorsión, fue absuelta tras pedir perdón y reconocer su rol en el escándalo. Este fallo no solo busca justicia para Gabriela, sino que también envía un mensaje claro: la difusión no consensuada de contenido íntimo tiene consecuencias legales severas.

“Esto es un precedente histórico”, afirmó Gabriela, quien espera que su caso inspire a otras víctimas a hablar y buscar justicia. La condena del agresor es un paso crucial en la lucha contra la violencia de género y la extorsión sexual en Argentina, un recordatorio de que nadie debería vivir con miedo a ser expuesto.