**NADA los PARA: JUBILADOS reclamaron bajo la LLUVIA**

En una jornada marcada por la lluvia y la tensión, jubilados de todo el país se congregaron frente al Congreso para hacer oír sus demandas, desafiando las adversas condiciones climáticas y la abrumadora presencia policial. A pesar del mal tiempo, cientos de manifestantes se unieron en un acto de resistencia, buscando visibilizar sus reclamos en un ambiente cada vez más hostil.

Los jubilados, que intentaban llevar a cabo un “semaforazo” simbólico, se encontraron con un despliegue policial desmesurado, que superaba en número a los manifestantes. La prefectura, la gendarmería y la policía federal establecieron un cordón de seguridad, impidiendo que los jubilados se acercaran al Congreso, lo que generó momentos de tensión y empujones. Los efectivos, que parecían reírse de la situación, no pudieron contener la determinación de los manifestantes, quienes continuaron su lucha por ser escuchados.

“El operativo se intensificará mañana”, advierten los organizadores, ya que se prevé una marcha aún más masiva desde el Congreso hacia la Plaza de Mayo. La creciente tensión política y social en el país añade un matiz aún más explosivo a estas manifestaciones, que se han vuelto rutina cada miércoles. Los jubilados, a pesar de ser un “puñado”, han demostrado que su voz no puede ser silenciada, y que su lucha por dignidad y derechos continúa inquebrantable.

Con el Congreso blindado y la lluvia como testigo, la lucha de los jubilados se convierte en un símbolo de resistencia ante un gobierno que parece ignorar sus demandas. La atención se centra ahora en lo que sucederá mañana, cuando se espera que la protesta crezca aún más, y la pregunta persiste: ¿lograrán finalmente ser escuchados? La tensión está en el aire, y el futuro de estas manifestaciones es incierto.