La desaparición de Diego Fernández, un caso que ha marcado a la comunidad durante más de 41 años, vuelve a cobrar fuerza tras el hallazgo de restos en una propiedad vinculada a la familia Graf. Silvina Pedro, amiga de la familia, revela detalles impactantes sobre la vida y la desaparición de Diego, que se esfumó en 1984. “No hay indicios de que se haya fugado; algo le pasó”, afirma Silvina, quien recuerda la angustia de una familia que pegaba panfletos con la imagen de Diego en los árboles.
La investigación inicial fue deficiente, con la policía considerando la desaparición como una fuga de hogar, minimizando la gravedad del caso. “Desde el principio, sabíamos que algo no estaba bien”, añade Silvina, quien describe a Diego como un joven amable y lleno de vida, sin conflictos familiares que justificaran su ausencia. La comunidad se unió en la búsqueda, pero el tiempo y la falta de respuestas han dejado una herida abierta.
El reciente descubrimiento de los restos ha reavivado el dolor y la esperanza de justicia. “Es un momento impactante para todos nosotros”, dice Silvina, quien pide que se realice un juicio y se promulgue una ley para que crímenes como este no prescriban. La familia de Diego, todavía en duelo, enfrenta ahora la posibilidad de un nuevo comienzo en la búsqueda de la verdad. “Nunca podremos olvidar, pero necesitamos respuestas”, concluye Silvina, dejando claro que esta causa no puede quedar en el olvido. La comunidad espera que esta vez se haga justicia y que el misterio de la desaparición de Diego Fernández finalmente se resuelva.