El arzobispo de Buenos Aires, Jorge Ignacio García Cuerva, ha lanzado un poderoso llamado a la unidad en su reciente homilía en la iglesia de San Cayetano, donde la fe del pueblo argentino se ha manifestado con una intensidad palpable. En un momento crítico para el país, García Cuerva instó a la construcción de una “cultura del encuentro y la fraternidad”, recordando que la paz comienza en los corazones de cada uno. “No podemos delegar en algunos; la Argentina la construimos entre todos”, enfatizó, haciendo eco de las enseñanzas del Papa Francisco.

La homilía, que resonó con fuerza entre los asistentes, abordó la creciente vulnerabilidad social y la necesidad urgente de atender a aquellos que sufren. “Los que revuelven basura no son desechos, son seres humanos”, afirmó, subrayando la responsabilidad de quienes gobiernan para garantizar el acceso al pan para todos. En un contexto de tensiones políticas y sociales, el arzobispo ha hecho un llamado claro: “Debemos cruzar fronteras culturales e ideológicas y reconocer que el que está a nuestro lado, aunque piense diferente, es nuestro hermano”.

Este mensaje, cargado de contenido político y social, llega en un momento en que la Argentina enfrenta desafíos significativos. La fe en San Cayetano, simbolizando la esperanza del pueblo, se convierte en un faro en medio de la adversidad. La homilía de García Cuerva no solo es un llamado a la unidad, sino un recordatorio de que el cambio es responsabilidad de todos. La urgencia de su mensaje resuena en cada rincón del país, instando a la acción colectiva y a la solidaridad en tiempos difíciles.