EZEQUIEL DEMONTY, la MUERTE que VISIBILIZÓ los ESTRAGOS de la VIOLENCIA POLICIAL
En un país donde la violencia policial se ha convertido en una tragedia cotidiana, el caso de Ezequiel De Monti, un joven de 19 años, ha resurgido con una fuerza devastadora. Ezequiel, quien esperaba un hijo, fue brutalmente asesinado por la policía en 2002, un crimen que simboliza la impunidad y el horror de la violencia institucional en Argentina. Desde el retorno a la democracia, se han registrado 9,672 víctimas de violencia policial, lo que equivale a casi un muerto diario. Las víctimas, en su mayoría, son jóvenes de comunidades vulnerables: marrones, gays, travestis y negros, quienes son el blanco más fácil de un sistema represor que actúa con total impunidad.
El relato de su familia es desgarrador. La madre de Ezequiel, Dolores, recuerda la última vez que lo vio, momentos antes de que la policía lo detuviera y lo arrojara al riachuelo, donde encontró la muerte. “La policía lo golpeó y lo obligó a tirarse al agua”, dice con lágrimas en los ojos. La brutalidad de este acto resuena en cada rincón de la comunidad, donde la violencia policial se siente como una sombra constante.
El caso de Ezequiel ha reavivado el clamor por justicia y ha llevado a la organización de actos conmemorativos, como el de “Flores para Ezequiel”, donde amigos y familiares lanzan flores al río en su memoria. Este 21 de septiembre, la comunidad se unirá nuevamente para recordar a Ezequiel y a todos los que han sufrido a manos de un sistema que perpetúa el miedo y la violencia. La lucha por la justicia continúa, y la memoria de Ezequiel De Monti vive, exigiendo un cambio urgente en un país que no puede seguir ignorando los estragos de la violencia policial.