Un momento incómodo en vivo ha sacudido la televisión argentina. Durante la emisión del programa “Desayuno Americano”, la conductora Pamela David llevó a Hernán Drago a un terreno de insinuaciones que dejó a todos boquiabiertos. Lo que comenzó como una conversación ligera se transformó rápidamente en un tenso intercambio, capturando la atención del público y desatando una tormenta en redes sociales.

Desde el primer instante, Pamela mostró una evidente fascinación por Drago, algo que muchos consideran inapropiado dado su rol como esposa del dueño del canal. La atmósfera se volvió palpable cuando, en medio de preguntas personales, Pamela insistió en temas de infidelidad, desafiando a Drago a confesar si alguna vez había sido infiel. Su insistencia, acompañada de miradas fijas y sonrisas provocativas, hizo que el ambiente se tornara incómodo, especialmente para el invitado, que intentó mantener la compostura.

Las reacciones en redes sociales no se hicieron esperar. Algunos usuarios describieron el momento como un “coqueteo desesperado”, mientras que otros denunciaron la situación como un claro abuso de poder. La tensión creció cuando Pamela, desafiando a Drago, insinuó que “algo ocultaba”, lo que provocó una respuesta de hartazgo en el modelo, quien defendió su integridad con firmeza.

El eco de este episodio resuena en el ambiente mediático, dejando a la audiencia preguntándose: ¿hasta dónde puede llegar una conductora en su juego de seducción? Mientras tanto, tanto Hernán como Pamela no han hecho declaraciones al respecto. Sin embargo, insiders del canal afirman que Drago se retiró del estudio molesto y que, posiblemente, no volverá a aceptar una invitación. Este escándalo plantea interrogantes sobre los límites del profesionalismo en televisión y el delicado equilibrio entre el poder y el respeto. La conversación sobre el episodio sigue viva, y las opiniones están divididas. ¿Fue solo una entrevista incómoda o un claro ejemplo de abuso de poder? La polémica está servida.