Lía Salgado, la icónica figura de los talk shows argentinos, ha hecho un sorprendente regreso a la televisión tras una transformación radical: a sus 65 años, se sometió a un lifting facial en una búsqueda desesperada por la juventud eterna. Desde su elegante piso en Palermo, la periodista ha compartido su experiencia, revelando un profundo malestar con su imagen que la llevó a tomar esta valiente decisión.

En una conmovedora conversación, Lía admitió que cada mañana enfrentaba un espejo que no reflejaba su verdadero yo. “Hace 5 meses me lo hice y estoy súper cómoda”, confesó, destacando su deseo de reencontrarse con una versión de sí misma que había perdido. El procedimiento, realizado por el reconocido cirujano Horacio López Carlones, no buscaba ocultar el paso del tiempo, sino devolverle la confianza y la felicidad.

Sin embargo, el camino no fue fácil. La recuperación se complicó tras un accidente de su hijo, lo que retrasó su esperado regreso al programa “Un lugar seguro”. A pesar de las adversidades, Lía ha emergido con una nueva perspectiva, desafiando las críticas y el estigma que rodean a las mujeres que eligen someterse a cirugías estéticas.

En un mundo donde la presión por lucir natural es abrumadora, Lía lanza un poderoso mensaje: “Soy libre de hacer con mi cuerpo lo que me parece bien”. Su historia no es solo sobre la estética, sino sobre la lucha interna y la búsqueda de la autenticidad. “No lo hice para gustarle a otros, lo hice para volver a gustarme a mí misma”, afirma con determinación.

Mientras su relato resuena en las redes, los comentarios de sus seguidores reflejan la polarización del tema. Algunos la apoyan, mientras que otros critican su decisión. Sin embargo, Lía continúa firme en su camino hacia la autoaceptación y el empoderamiento, convirtiéndose en un símbolo de resiliencia y valentía en la industria del entretenimiento. Su regreso no solo es un regreso a la pantalla, sino una declaración de libertad personal en tiempos de juicio y estigmas.