La influencer Jazmín “La Cuerpo” Salinas ha desatado una tormenta mediática tras recibir una demanda de 20 millones de pesos por parte de Karina Miley, hermana del presidente argentino. En una entrevista explosiva, La Cuerpo defendió su arte y su derecho a expresarse, alegando que su música no pretende hacer daño, sino brindar alegría a la gente en medio de una crisis social que afecta a muchos.
La controversia surgió a raíz de una frase de su canción que critica abiertamente a la familia del presidente: “Señor presidente, si yo no soy mujer, ¿por qué tu hermana parece un travesti?”. Esta declaración ha encendido el debate sobre la libertad de expresión y la censura en el país. La Cuerpo, quien se identifica como una mujer trans y ha enfrentado un pasado difícil, argumenta que la demanda busca silenciar su voz y asustarla, pero se muestra decidida a no dejarse intimidar.
“¿Por qué no se ocupan de las necesidades del pueblo en vez de estar al pedo haciendo estas boludeces?”, cuestionó La Cuerpo, señalando la falta de recursos en hospitales y escuelas. Su mensaje es claro: en un país donde la pobreza y la falta de educación son alarmantes, la política no debería estar enfocada en perseguir a artistas, sino en abordar problemas urgentes.
La Cuerpo también reveló que su relación con su productor se ha deteriorado, lo que complica aún más la situación. “No soy dueña de la canción”, afirmó, dejando en claro que no tiene la culpa de la controversia generada.
Con su valentía, La Cuerpo se ha convertido en un símbolo de resistencia en un contexto político tenso. La atención ahora se centra en cómo se desarrollará este enfrentamiento legal y qué implicaciones tendrá para la libertad de expresión en Argentina. La voz de La Cuerpo resuena con fuerza, desafiando a un sistema que intenta acallar a quienes, como ella, buscan cambiar la narrativa.