**VALLADO en el CONGRESO ante la MEGASESION contra la MOTOSIERRA**

En un ambiente de creciente tensión, el Congreso de la Nación se ha convertido en el epicentro de una crisis social sin precedentes. Desde las primeras horas de la mañana, las fuerzas de seguridad han desplegado vallas metálicas en respuesta a la inminente megasión contra la motosierra, una medida que ha desatado la indignación de los ciudadanos. La policía federal, junto con la prefectura y la infantería de seguridad aeroportuaria, ha tomado las calles, cortando el tráfico en avenidas clave como Enter Ríos e Irigoyen, generando caos y frustración entre los automovilistas.

Graciela, una jubilada que vive en las cercanías, expresó su descontento: “Esto me parece un despropósito. Parece una ciudad sitiada”. Sus palabras reflejan el sentir de muchos que ven cómo sus vidas cotidianas se ven interrumpidas por un operativo que parece más una represión que una protección. La policía, en lugar de permitir la libre circulación, ha tomado el control de las vías, lo que ha llevado a cuestionar la legalidad de sus acciones bajo el artículo 194 del Código Penal, que prohíbe el entorpecimiento del tránsito.

Mientras tanto, la presión política se intensifica dentro del Congreso. Los legisladores se preparan para una votación crucial relacionada con los vetos presidenciales, en un clima de incertidumbre y tensión. La oposición se agrupa, pero no todos los bloques han tomado una posición clara, lo que añade más complejidad a la situación. La amenaza de una represión violenta persiste, recordando a todos lo que está en juego.

La ciudadanía, sin embargo, no se rinde. A pesar del despliegue policial, las manifestaciones continúan, desafiando el miedo y la represión. La lucha por los derechos y la dignidad se mantiene viva en las calles, mientras el Congreso se convierte en un campo de batalla simbólico. La historia de hoy es solo el comienzo de una lucha que promete intensificarse.