**Víctima de violencia se escapó de su provincia para salvar su vida**
En un impactante relato de supervivencia, Natalia, una mujer que ha soportado más de ocho años de violencia física y emocional, ha huido de su provincia natal, Salta, en busca de ayuda en Buenos Aires. Su testimonio, desgarrador y urgente, pone de manifiesto la cruda realidad que enfrentan muchas mujeres en Argentina, atrapadas en ciclos de abuso sin respuesta por parte de las autoridades.
Natalia, quien finalmente tomó la decisión de escapar tras reconocer el peligro inminente que representaba su expareja, ha compartido su experiencia en un emotivo encuentro con los medios. “Toqué todas las puertas posibles y no hubo respuesta”, afirmó con un tono de desesperación palpable. Su historia resuena con la voz de tantas otras mujeres que, como ella, han sido silenciadas por el miedo y la violencia sistemática.
El relato de Natalia no solo revela el sufrimiento personal, sino también la ineficacia de un sistema que debería proteger a las víctimas. En su búsqueda de ayuda, Natalia enfrentó la burla y el desdén de las autoridades, quienes minimizaron sus denuncias y la trataron como una “loca” por buscar protección. “La violencia empieza de a poco, primero es verbal, luego emocional, y avanza sin límites”, explica, destacando la insidiosa naturaleza del abuso.
Su huida a Buenos Aires no fue solo un acto de valentía, sino un grito desesperado por sobrevivir. “Si me tienen que matar, que me maten, pero necesito salir de este lugar”, confiesa, reflejando la angustia de vivir con miedo constante. La historia de Natalia es un llamado urgente a la acción, un recordatorio de que la violencia de género es un problema que exige atención inmediata y soluciones efectivas. En un país donde muchas mujeres aún sufren en silencio, su testimonio resuena como un eco de esperanza y resistencia.