Cristina Fernández de Kirchner recibió a Luiz Inácio Lula da Silva en su hogar, donde cumple arresto domiciliario, en un encuentro que ha sido calificado como un “acto político de solidaridad”. La visita se realizó en el contexto de la cumbre del Mercosur, y aunque Lula no hizo declaraciones, su presencia ha generado un fuerte eco en la política argentina.
El abogado de Cristina, Carlos Geraldi, había solicitado autorización al tribunal, que finalmente dio el visto bueno, aunque con la advertencia de que la visita no debía alterar el orden público. Sin embargo, la carga política de este encuentro no pasó desapercibida. Cristina, tras la visita, emitió un comunicado donde denunció la “subordinación política” del poder judicial y lanzó un ataque directo al presidente Javier Milei, cuestionando su gestión y el aumento de tarifas en medio de la crisis energética.
En su declaración, Cristina subrayó que el encuentro con Lula era “mucho más que un gesto personal”, resaltando la importancia de la solidaridad entre líderes progresistas en tiempos difíciles. La ex presidenta no solo se limitó a agradecer la visita, sino que también aprovechó para criticar las políticas de Milei, quien había afirmado haber hecho un buen trabajo en el Mercosur. “¿Lo único que se te ocurre es meterle otro recargo a las boletas de un 6,4% más?”, escribió Cristina, arremetiendo contra las medidas económicas del actual gobierno.
Este encuentro, que duró aproximadamente 50 minutos, podría tener repercusiones significativas en el clima político argentino, ya que refuerza la alianza entre figuras clave de la izquierda latinoamericana en un momento de creciente tensión social y económica. La respuesta de Milei y su administración a estas acusaciones será crucial en los próximos días. La política argentina se encuentra en un punto de inflexión, y la visita de Lula podría ser solo el inicio de una batalla más amplia.