Cristina Fernández de Kirchner ha recibido al expresidente brasileño Lula da Silva en un encuentro de alto impacto que se desarrolla en medio de una creciente tensión política en Argentina. La expresidenta, actualmente bajo arresto domiciliario, ha calificado al gobierno de Javier Milei como “terrorismo de baja intensidad”, en un mensaje contundente que refleja la polarización del país. Este encuentro, el primero de su tipo desde su condena, se produce tras la cumbre del Mercosur, donde Milei y Lula no sostuvieron una reunión bilateral, dejando en evidencia las frías relaciones entre ambos mandatarios.
La visita de Lula, que duró casi una hora, fue autorizada por la justicia y se llevó a cabo en el departamento de Cristina en Constitución. Durante su encuentro, Cristina expresó su solidaridad con Lula, quien también fue víctima de persecuciones políticas. En un emotivo tuit, la expresidenta destacó que “los ojos del mundo están viendo” la deriva autoritaria de Milei, quien, según ella, “vacía la democracia desde adentro”.
La situación en Argentina se agrava con la falta de gas en numerosas provincias debido a la ola polar, y el Fondo Monetario Internacional ha advertido sobre la crítica situación de reservas del país. Mientras tanto, la oposición se moviliza en defensa de los derechos de las mujeres detenidas por protestar, acusando al gobierno de utilizar el aparato judicial para silenciar a quienes se oponen a su agenda.
Este contexto de crisis y represión política se intensifica, dejando a la población en un estado de alerta ante la posibilidad de un aumento de la violencia estatal y la erosión de las libertades civiles. La lucha por la democracia en Argentina se encuentra en un punto crítico, y las repercusiones de estos eventos se sentirán en los próximos días.