El frío extremo ha desatado una crisis de suministro de gas en varias provincias de Argentina, dejando a miles de hogares y estaciones de GNC sin servicio. Desde Mar del Plata hasta Córdoba y Mendoza, la situación es alarmante. Más de la mitad de Mar del Plata se encuentra sin gas, lo que ha llevado al cierre de numerosos comercios y ha dejado a las familias en una situación crítica, enfrentando temperaturas heladas sin calefacción.
Los problemas comenzaron el domingo, cuando se reportó una baja de presión en el suministro. Sin embargo, el colapso total del servicio ocurrió ayer a las 6 de la tarde, dejando a los residentes en la incertidumbre. Muchos se ven obligados a buscar alternativas, como cargar nafta para grupos electrógenos, mientras que otros intentan conseguir garrafas de gas, que escasean y se venden a precios exorbitantes.
La situación es desesperante. La gente ha pasado noches heladas, y los comercios que dependen del gas han cerrado sus puertas. La falta de gas no solo afecta la calefacción y la cocina, sino que también pone en riesgo la seguridad, ya que las estufas eléctricas y los braseros son peligrosos en condiciones de hacinamiento.
El Comité de Crisis se reunirá esta tarde para evaluar la situación, pero la frustración entre los ciudadanos es palpable. Muchos cuestionan la falta de previsión del gobierno, que no logró anticipar esta crisis a pesar de las advertencias sobre el aumento de la demanda. Las escuelas permanecen cerradas, y los taxistas, que dependen del GNC, están varados.
La desesperación se siente en cada rincón afectado. Con el frío aumentando y el suministro de gas incierto, los ciudadanos exigen respuestas y soluciones inmediatas. La crisis no solo es un problema de suministro, sino una cuestión de supervivencia en medio de un invierno implacable.